ENCRUCIJADA DE CULTURAS

La historia de Casares parece que podría arrancar hace más de 100.000 años, en algún lugar cercano a la Sierra de la Utrera. Las buenas condiciones que ofrece este lugar para su ocupación, al menos estacional, para comunidades de cazadores-recolectores están garantizadas por la presencia de buenos lugares de abrigo proporcionado spor las abundantes cuevas del complejo kárstico cercano, los nacimientos de agua, materias primas para construir útiles de piedra y madera, caza, pesca y recolección en el cercano mar.

La constatación arqueológica de su presencia nos viene dada por el hallazgo de útiles de piedra tallada en sílex o arenisca: cantos tallados, bifaces, raederas o puntas. Estas piezas han sido localizadas en la propia Sierra, existiendo a su vez en el entorno diversas áreas de trabajo donde extraían los soportes para confeccionar dichos utensilios (entorno del Cortijo Alechipe, Arroyo de la Jordana y Terrazas del Albarrá).

Los protagonistas de este capítulo de nuestra historia son los conocidos como neanderthales y sus precedentes más inmediatos. A partir del 50.000 a.C., aproximadamente, y por circunstancias aún no bien resueltas por los científicos, estos grupos humanos son sustituidos por el homo sapiens sapiens, es decir, el hombre actual.

Una de las cuevas que debió de servir de alojamiento a estos grupos, con mucha probabilidad es la conocida como “Cueva de Gran Duque”. Sabemos que seguro que fue así hace 6.000 años, momentos en que sus habitantes, además de las actividades antes comentadas, debían practicar cierta ganadería, una incipiente agricultura, y tecnológicamente dominaban el pulimento de la piedra y la producción cerámica. Se conservan magníficos ejemplares muestra de ambas actividades procedentes de estas cuevas: vasijas elaboradas a mano cuidadosamente decoradas y adornos personales: pulseras y collares de caliza o mármol de excelente factura.

Unos cuatro mil años después, el hombre ya habita sistemáticamente en poblados al aire libre (uno de ellos ubicado en el sector Norte de la Sierra de la Utrera), y junto a los conocimientos descritos, también realiza actividades metalúrgicas incipientes, de producción de cobre y bronce. Suele residir en cabañas de planta circular u oval, realizadas con adobe y cubierta vegetal ligada con barro. Se entierran colectivamente, en sepulcros realizados con grandes piedras, conocidos como dólmenes. En Casares puede haber alguna de estas tumbas, aunque las que conocemos mejor han sido investigadas recientemente en el vecino municipio de Estepona.

Las comunidades de finales de la prehistoria han construido ya importantes poblados fortificados, rodeados de complejas murallas, como el de Alcorrín en Manilva, y entran en contacto con los colonos fenicios instalados en asentamientos cercanos como la desembocadura del río Guadiaro. A partir de estos momentos empiezan a explotar sistemáticamente los recursos de estos territorios, tanto marinos como agropecuarios. Asimilan tecnología de origen oriental, como el torno de alfarero, cambian sus formas de vestir, sus casas y sus poblados. Conocemos dos poblados de esta época: Villa Vieja, en la Sierra de la Utrera, y la Torre de la Sal, lugar este último habitado probablemente por grupos origen semita, con los que establecen relaciones comerciales las comunidades del interior. Estos grupos se transforman en sociedades presididas por aristócratas, príncipes que serán los encargados de establecer las relaciones con los extranjeros. Estamos en lo que se conoce como “la periferia de Tartessos”, gran reino ubicado en el Valle del Guadalquivir.

Muy probablemente, las comunidades que habitaban estos territorios y que habían sido extraordinariamente influenciadas por el mundo fenicio-púnico, se reorganizaron ante los intereses imperialistas de Cartago por el control estratégico de este sector de la península en el siglo III a.n.e. (en el contexto de las Guerras Púnicas), y fundaron el asentamiento de Lacipo.

Foto Lacipo

Este poblado se convertirá en una auténtica ciudad bajo la órbita de Roma. Crea su propia ceca de moneda, de tradición púnica, en el siglo II a.n.e. y se consolida en el territorio de tal modo que acaba en el siglo I conformando un asentamiento que repite en su urbanismo los modelos de origen itálico, provisto de foro y murallas. Las familias que aquí vivieron estaban relacionadas con los grupos de poder existentes en otras importantes ciudades, como Carteia. Tras una fase de decadencia en los siglos IV-V, el asentamiento vuelve a poblarse en la sexta y séptima centuria, ubicándose un cementerio de época visigoda sobre los antiguos restos de época clásica.

Los momentos más antiguos a partir de la conquista islámica del 711 estarían representados por el poblado localizado en Villa Vieja, donde los restos cerámicos localizados en superficie nos evidencian su ocupación entre los siglos IX y X. Se trata de un poblado de altura, abandonado quizás a partir de la implantación del Califato Omeya.

En época bajo medieval, es decir, a partir del siglo XII, bajo el dominio de los reinos africanos (almorávides, almohades y meriníes) el asentamiento cabeza del territorio es Casares, construyéndose una inexpugnable fortaleza. El control de la ruta natural hacia las tierras de Ronda adquiere un alto papel estratégico. La importancia de estos caminos está representada por la construcción del Puente de la Albarrá.

Junto a ello, se observa la presencia de un importante poblamiento rural, ubicado especialmente en lugares con buenas posibilidades para la explotación agropecuaria. Estos lugares serían conocidos después en las fuentes cristianas como “despoblados”, caso de Benamorabe, Calauí, Baños del Duque, Cortesín…. El entorno del río Manilva adquiere un gran protagonismo. A esta época pertenecerían los llamados Baños de la Hedionda y alguna cortijada o Alquería de la que se ha investigado recientemente su necrópolis o cementerio.

A partir del siglo XIV Casares se convierte en tierra de frontera con los reinos castellanos, jugando su fortaleza un papel extraordinario en el desarrollo del conflicto. Aquí se celebró una crucial entrevista entre el rey nazarí Muhammad V y Pedro I de Castilla. A principios del siglo XV cae Ronda y la ciudad decide capitular, allá por el año de1485.

Foto Casares

Tras la repoblación cristiana se produce la rebelión de los moriscos, que concluye con la muerte de su jefe, Al-Fair, a finales del s. XVI. Otro hecho histórico a resaltar es el papel que jugó el municipio durante la dominación francesa, cuando las cuadrillas casareñas pusieron en jaque al ejército invasor hasta su retirada en 1813, sin que lograran someter a la villa.

Casares tiene el honor de haber sido la cuna de Blas Infante: Abogado, político y escritor, autor del Ideal Andaluz, impulsor de la autonomía de Andalucía y creador del himno y la bandera, murió fusilado el 10 de agosto de 1936, en los inicios de la contienda civil.